HijoProdigo
No nos hacemos libres por negarnos a aceptar nada superior a nosotros, sino por aceptar lo que está realmente por encima de nosotros.
Goethe
Cuando
el hijo pródigo pide a su padre la parte de herencia que le corresponde
-explica Henri J. M. Nouwen-, no hay detrás de eso un simple deseo de
un hombre joven por ver mundo. Hay un corte drástico con la forma de
vivir y de pensar en que había sido educado, una rebelión desafiante,
una huida hacia lugares lejanos en busca de otros amores. Esa huida
representa la gran tragedia de la vida de quienes de alguna forma se
vuelven sordos, o nos volvemos sordos, a la voz de Dios que nos llama, y
abandonamos el único lugar donde podemos oír esa voz, para marcharnos
esperando encontrar en algún otro lugar lo que no somos capaces de
encontrar en casa.
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